Al fin y al cabo, todos hemos contribuido a que un menor que vive en una situación de abandono, con múltiples carencias, vea cómo su situación cambia muy positivamente, con lo que se alcanza una vez más el objetivo último de la adopción: la protección del menor susceptible de ser adoptado. Volviendo al punto de partida: cuando usted toma la decisión de realizar un ofrecimiento para adoptar un menor, se ve inmerso en un largo proceso legal con una serie de pasos más o menos difíciles de superar. La parte positiva es que esas fases dependen en buena medida de usted. De alguna manera, usted mantiene el control, porque en todo momento puede decidir parar o seguir adelante; y este control proporciona seguridad y ayuda a muchos futuros padres adoptivos a superar las múltiples dificultades que se les presentarán, porque cuando se inicia el proceso de adopción se debe partir de la madurez del individuo y de la capacidad personal para superar dificultades. Al mismo tiempo, uno debe tener paciencia, constancia, perseverancia y mucha ilusión. Y debe mantener estas virtudes a lo largo de todo EN Camino Pág. 2 CUANDO EL TIEMPO PARECE ETERNO Esperando la asignación Una vez obtenido el certificado de idoneidad y con los documentos en el país de origen de su futuro hijo, solo queda esperar la asignación. Se pueden hacer muchas cosas en ese tiempo que parece eterno. Carolina RODRIGUEZ BUSTELO Trabajadora Social Enorabuena! Si usted, como futuro padre adoptivo, se está enfrentando a un periodo de espera más o menos largo hasta la llegada de su futuro hijo adoptado, esto quiere decir que ya ha superado las fases del proceso de adopción que “a priori” más temen las personas que inician este arduo proceso legal y burocrático. Por este motivo, usted debe sentirse feliz e ilusionado: la posesión del Certificado de Idoneidad representa la garantía legal necesaria para adoptar un menor, por lo que usted va a conseguir ser padre adoptivo. Enhorabuena también para el menor que, no siendo susceptible de ser adoptado en su país de origen, va a ser finalmente adoptado y va así a beneficiarse de vivir en familia. A partir de este momento, es sólo una cuestión de tiempo, que será más o menos dilatado según la suerte que se tenga. Pero la futura unión padre-hijo es segura y se producirá. Por eso todos debemos sentirnos felices: el menor, los futuros padres, los familiares, los amigos… y, ¿por qué no?, también los profesionales que hemos intervenido en el proceso de adopción.
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