Crónicas Provinciales

89 Crónicas Provinciales Aunque existen normativas promulgadas desde 1744 en que se comienzan oficialmente en España la enseñanza de ciertas asignaturas artística, lo cierto de todo ello, es que existen un buen número de monumentos catedralicios con espléndidos y majestuosos retablos y otras obras de arte cuya confección artística nos sitúa muchos décadas atrás sobre las fechas en que se inició la enseñanza reglada de tres únicas artes: La Pintura, Arquitectura y Escultura siendo la primera vez en toda la península cuando esta responsabilidad es asumida por una organización estatal: La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, cuyas enseñanzas eran impartidas por auténticos virtuosos del orden artístico. Posteriormente, la real institución fue introduciendo otras cátedras disciplinarias hasta que, tras el paso de varias centurias, la enseñanza de las Bellas Artes se ramificó por todo el país. Ello nos demuestra, que existían talleres y Escuelas privadas donde se ejercitaban las diversas artes que cubrían la numerosa y distinguida demanda que exigía la realeza para la decoración de sus lujosas mansiones y palacios, reclamación que era superada e impulsada insistentemente por las autoridades eclesiásticas para la construcción y decoración masiva de templos, catedrales o monasterios. Desde el nacimiento de la histórica institución, aquel aprendizaje colectivo que privadamente habían mantenido los maestros de talleres o Escuelas de la Edad Medía, estaba dando sus últimos estertores agonizando paulatinamente, sin embargo, aquellos virtuosos y aventajados alumnos continuaron destacándose notablemente en el mundo de las artes demostrando sus geniales maestrías por la geografía española siendo así, cuando supone el autor de este estudio, que algunos de ellos llegaron a Don Benito y por encargo, en el año 1720 del imperio eclesiástico, se comenzó a proyectar el retablo mayor de la Iglesia de Santiago de nuestra ciudad. D. Ramón Cardenal Velázquez (1890-1954) reparador honorífico de la Diócesis de Plasencia que por encargo de la misma, realizó en el año 1924, varias restauraciones en el marco retablístico dombenitense, escribió una memoria descriptiva afirmando en ella el desconocimiento de sus autores y asegura que, dado la influencia de las artes decorativas de entonces, aquellas preciadas tallas y óleos responden a la Escuela Herreriana que en España hizo su aparición con la suntuoso fábrica escurialense que invadió todo el ámbito nacional. Figura 2-2. Fuente: Escudo del Cardenal Mendoza I.S. esculpido sobre granito. Excelentes ebanistas y extraordinarios talladores artísticos procedentes de otras localidades que convirtieron el templo calabazón en un auténtico taller de varias artes ya que los doradores iban aplicando sus selectas y preciadas hojas de oro fino en los zarcillos, hojas de acantos, canecillos, cornisamentos, hornacinas, bajos y medios relieves, pilones, dentículos, frisos, remates, y todo tipo de ornamento pertenecientes al primitivo retablo donde se mezclan lo órdenes clásicos que predominaban a principio del S. XVII.

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