Crónicas Provinciales

295 Crónicas Provinciales de una década en el Convento de Religiosas Concepcionistas, desmintiendo las versiones que afirmaban un paradero desconocido o llevado a Madrid al Museo del Prado a raíz de la guerra civil. A día de hoy, aquella pintura fue objeto de estudio detallado por el investigador técnico González Rodríguez afirmando que la tabla es genuinamente moralesca, cifrando su nacimiento en la década de los sesenta del siglo XVI. Se atribuyó su desaparición a que alguna persona conocedora de su valor lo recogiese antes de proceder a la quema de cuanto había en la Iglesia. El antiguo Retablo Mayor fue sustituido por otro moderno en 1890, desconociendo el autor de este estudio, la historia de aquella primitiva representación. Había también dos retablitos colaterales que pertenecían al siglo XVI y eran, según datos recabados, de bastante valor artístico cuando los Agentes de Vanguardia realizaron su informe en 1937. Todos ellos fueron incendiados en los primeros días de la dominación militar. Afirman ciertos trípticos populares, que el actual Retablo Mayor es obra de Antonio Martín Martínez natural de Zafra, sin especificar si era él su autor, quién fue el ebanista ni tampoco el dorador de todas las tallas y columnas que componen la fachada de este bellísimo retablo. Suponemos a Martín Martínez el tallista de todo el ornamento decorativo que previamente, su diseño general debió ser proyectado por algún desconocido experto ignorándose también, la cuantía económica de aquella egregia obra. También se afirma en los impresos citados que los óleos fueron realizados por los artistas sevillanos Rafael de Blas Rodríguez y su hijo Juan Antonio de Blas, no habiéndose encontrado más información sobre esta obra pictórica. En el archivo parroquial había documentos desde el siglo XV guardándose en él, manuscritos que contenían todas las actas y títulos de la Parroquia desde su fundación. Tenía 172 libros, el primero de ellos comenzaba en el año 1519. De estos libros, 92 eran dedicados a bautismos, 51 a difuntos y 29 a matrimonios. También había un manuscrito del siglo XVI de letra procesal y cortesana. Igual y a la vez que las demás cosas del templo, fueron quemados. Los objetos que poseía la Iglesia eran: Un Hecce Homo, magnífica escultura de reconocido valor artístico y autor desconocido, donado por la familia de Los Darío. Existían vestiduras y objetos de culto sin valor que agregar pues parece era todo moderno. Había unas vinajeras de plata en forma de jarrillo que donó D. Leopoldo de Austria, Obispo de Coria. Una lámpara de plata que donó un hijo de Villanueva que estaba en Cartagena de Indias. Un cáliz de plata repujado que databa del tiempo en que los Priores de Alcántara fijaron su residencia en Villanueva. Además de lo indicado y ya sin valor artístico reconocido, existían tres custodias de plata, seis cálices y dos copones también de plata. Cuando se incendiaron los retablos, todas las imágenes fueron destrozadas a golpes y brutalmente deshonradas.

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