Crónicas Provinciales 182 ménez Rueda, otro excelente artista calabazón que en varias ocasiones, le había solicitado un número discreto de encargos que luego él distribuía por todo el país. Recuerda que Jiménez Rueda trabajando el “poliuretano” que previamente había que tallar, hacía el color de la madera tallada y su veteado con tanta exactitud que era muy difícil diferenciarlo del original, secreto que no compartía guardándolo para sí mismo. La inclinación por la talla y escultura le viene a Ruíz Barroso desde la niñez ocupándose en pequeñas figurillas y ornamentos en barro, que transcurridos los años, iba convirtiendo aquellos comienzos en verdaderas realidades artísticas cada vez más perfectas hasta el punto, que durante su período laboral con Antonio Gallego participó en varios dormitorios de diferentes estilos, primorosos y afiligranados cabeceras de cama, en el paso de la Virgen de la Soledad de la Iglesia de Santa María dombenitense y un sin fin de trabajos de bella y sublime calidad elaborando toda clase de estilos que se preocupó en estudiar; sus líneas, formas, historias y ornamentos variados. Figura 4-98. Talla de cabecero de cama con escultura central femenina. Figura 4-97. Joaquín trazando el dibujo previo a la talla.
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