Crónicas Provinciales 172 CLAUDIO MARTÍN SORIANO (1928-1975). TALLISTA. (RESUMEN). Nació en Don Benito siendo Hijo de Florinda y Ernesto, sobrino éste, del famoso y olvidado en el tiempo Claudio Díaz Díaz (18631929) A Claudio le nace la afición a la talla de su padre, el señor Ernesto que, aparte del tallaje, se especializó en el torneado trabajando en los talleres Gómez de la calle de la Virgen y realizando, con Antonio Romero Barroso todas las 24 columnas –sin capiteles– del retablo Mayor de Iglesia de Santiago de Don Benito. Concluida la guerra civil, Ernesto arrastra a toda su familia a vivir en Sevilla, cuna de los grandes virtuosos del muy variado arte español, siendo allí, donde Claudio inicia su actividad profesional en una fábrica de muebles denominada Loscertales S.A. Claudio aprende el oficio superando a los demás trabajadores y ganándose la confianza y simpatía del jefe Castillo que sintió mucho la pérdida de Claudio, cuando éste, convertido ya en un verdadero oficial, decide marcharse a Don Benito estableciendo su taller en la calle de Velasco, edificio propiedad de sus padres. En su llegada a Don Benito, Claudio busca operarios para su taller y es cuando toma contactos con Juan Jiménez Rueda y le ofrece compartir trabajo y ganancias, acuerdo que no progresó dado que el mismo día de la oferta, Rueda adquirió un compromiso laboral con el único tallista que entonces había en Don Benito, Pepe Ruíz García. Gestiona a varios alumnos destacados de la Escuela Elemental de Trabajo y forma su taller en la calle de Velasco. En 1950 y en la misma Sacristía de la Iglesia de Santiago se reúne una comisión de ilustres personalidades de Don Benito con el fin de restablecer el nuevo retablo de idénticas connotaciones artísticas y proporciones que el primitivo destruido. Tras varias dilaciones e intercambios de ideas, opiniones muy diversas y decisivas, aquella Junta acuerda encargar a Claudio la confección total de la talla del nuevo retablo, obra grandiosa y primorosa que hasta 1956 no se terminaría de ejecutar, importando toda esta obra retablística la cantidad de 299.874 pesetas incluyendo toda la fachada de carpintería y la adquisición de la madera, sólo que en tanto no se demuestre lo contrario, la talla de Claudio Martín importó 56.431 pesetas y suponiendo a Romero como pagador a Claudio Martín del importe de todas las tallas del Retablo ya que el nombre de Claudio Martín no aparece en ninguna de las hojas del libro de Actas ni tampoco la cuantía de estas preciadas tallas, desconociéndose, también, si de esta cantidad el célebre tallador donó a la Iglesia cantidad alguna, como así hicieran Juan Aparicio y Antonio Romero. Figura 4-79. Paso actual y canastilla del Cristo de la Buena Muerte. Don Benito.
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